Vino celebre de burbujas endiabladas como muchos lo llamaban en la época, ha tenido siempre anécdotas que lo cargan de lujuria, gracia y misterios, como aquella que tiene como protagonista a Napoleón Bonaparte que siempre pasaba por la mansión que su amigo Moët le había construido en su honor, para disfrutar unas copas de Champagne antes de cada batalla, una solo vez no paso y fue cuando se dirigía a Waterloo, batalla que finalmente perdió… o aquel trágico acontecimiento del 15 de Abril de 1912 cuando el Titanic se hundía en las frías aguas del Atlántico norte…coincidencia o no, aquel coloso de la época no había sido bautizado con Champagne como es costumbre.
Algunas anécdotas más felices nos recuerdan a Madame de Pompadour, amante de Luis XV…ella decía…
” El Champagne, es el único vino que hace a una mujer más hermosa después de haberlo bebido”
es decir, y esto es una broma…” El Champagne mejora la vista”
También, Lilly Bollinger solía decir refiriéndose al Champagne….
“La bebo cuando estoy feliz, y cuando estoy trise, también cuando estoy sola pero cuando estoy en compañía la considero de rigor, jugueteo con ella cuando no tengo hambre y la bebo cuando estoy hambrienta, de lo contrario nunca la bebo, a menos claro, que tenga sed”.
Otras grandes personalidades mundiales como Sir Winston Churchill quien hacía de Pol Roger su Champagne personal, tal fue así que un testimonio histórico indica que aun en aquellos oscuros días de la segunda guerra mundial con su acostumbrada copa de Champagne en la mano dijo…
“En la victoria la merecemos, en la derrota la necesitamos”.
“Fue precisamente durante la Segunda guerra mundial, la región de Champagne unas de las más castigada y además campo de batalla que las tropas nazis usaron para llegar a París y someter a Francia en 1940.
En las primeras semanas de ocupación los soldados germanos se llevaron más de 2 millones de botellas para un Berlín sedienta de Champagne, pero como si hubiera habido sintonía entre vino y conflicto la llegada y ocupación de las tropas alemanas en suelos galos había estado antecedido por una de las peores cosechas de la historia…la de 1939 y la producción no abundaba.
Tampoco contaban con la astucia de los viticultores de la zona que usando paredes falsas ocultaron tras los muros las mejores botellas, a judíos y miembros de la resistencia que en muchísimas ocasiones eran trasladados dentro de toneles vacíos”.
En conclusión, una bebida marcada con el éxito durante todo el camino de su historia.
En su tercer milenio de vida, los vinos de la Champagne elevan el buen gusto de quienes la disfrutan y aspiran a la distinción, donde su particular y misterioso ensamblaje puede resaltar sensaciones insospechadas.
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